Tomé un autobús hasta la Plaza Chibrit y de ahí un tranvía n°. 6 cuya terminal estaba exactamente junto a la Catedral Sf. Iosif, cerca de la calle Spiru Haret en donde estaba esa Oficina. Ahí pude hacer mis primeros tramites de inscripción y también muy cerca estaba el Rectorado del Instituto de Artes Plásticas Nicolae Grigorescu, en donde me dirigí después para continuar mi inscripción definitiva. Fui recibido con mucha amabilidad a pesar de la barrera de la lengua, yo me hacia entender en inglés al no saber la lengua rumana. Previendo esto, el Decano de la Facultad de Artes Decorativas llamó a una muchacha chilena llamada Bety, quien con su esposo Pedro, habían llegado como refugiados políticos un ańo anterior a Rumania a causa del golpe de estado que tuvieron en su país. Ellos dos me ayudaron mucho a adaptarme y a conocer la ciudad, sobre todo ha hacer mis primeras compras de ropa de invierno pues como refería, no tenía nada grueso que ponerme y tenía mucho frío. Las secretarías, los maestros y estudiantes de la Facultad de Artes Decorativas, me recibieron con mucha amabilidad, además de que no había muchos estudiantes extranjeros en el Instituto. Después de este primer contacto con mi Facultad, me cambie de internado dejando el Instituto Agronómico, que alegría por el céntrico internado de Artes Plásticas situado en la calle Frumoasa n°. 11. Ahí compartí por tres noches el cuarto con doce estudiantes rumanos de Arad, Oradea, Sibiu otras ciudades, todos éllos muy tranquilos y amables, era la primera vez que veían a un mexicano y para mí también el ver rumanos. También ellos me ayudaron a conocer el barrio, a localizar el comedor estudiantil, el mercado y las salas de concierto. Hacía el 22 de noviembre, un sábado, comenzó a nevar, para mi fue un espectáculo sorprendente, era la primera vez que veía nevar y era fantástico. Ese mismo día tuvo lugar una tarde cultural mexicana organizada por el grupo de estudiantes mexicanos becados, aproximadamente 30. La tarde con proyección de películas, bailes y canciones tuvo lugar en la Casa de Estudiantes ?Grigore Preoteasa? a la cual asistió un gran público. Posteriormente nos fuimos a comer comida mexicana a una casa que estaba cerca de la ?Grădina Icoanei? y al final nos fuimos caminando en la noche al Internado Regiei, esto lo recuerdo con muchos detalles pues me estaba muriendo de frío. La ciudad era otra, todo para mí era diferente y con la nieve todo cambiaba, incluso veía como los tractores limpiaban las calles. Era toda un espectáculo y yo me estaba muriendo de frío. |